Da pánico estar vulnerable, nunca nadie me sonrió así.

martes

Lloré, lloré hasta quedarme sin aire. Lloré por miedo. Por tristeza. Lloré y lloro porque te extraño. Porque no sé que me pasa con vos. Lloré y lloro porque me gustas. Y porque quizás lo que yo imagine nunca pueda hacerse realidad. Lloré y lloro porque necesito que vuelvas. Porque necesito verte, sonreírte, mirarte y quedarme dos horas mirándote sin cansarme. 
Nunca me dolió tanto llorar por alguien, nunca me produjo tanta confusión alguien. Alguien imposible. Porque sos imposible, y porque aunque le intente dar miles de vueltas a lo que me decís, a lo que me confundís, en el fondo sé que soy una boluda y que lo único que voy a lograr es hacerme mal. 
Nunca lloré como lloré hoy por vos, nunca creí poder llorar así por un chico, que ahora no es tan chico. 
Los ojos rojos hinchados, los cachetes mojados y con ganas de seguir llorando. 
Queriéndote encontrar en todos lados, buscándote y esperándote. 
Pensar en vos ya me hace sonreír desde la mañana temprano hasta el último minuto antes de dormirme.
No creí engancharme así porque como pensaba, para mi eras pasado.
Pero siempre tuviste algo que me llamaba la atención, siempre algo tuyo me gusto de una forma inexplicable. Y se vé que en estas últimas semanas se potenció a mil y no hay marcha atrás.
Mi deseo es verte, de una buena vez por todas mirarte de nuevo.
Y mi otro deseo es dejar de llorar. 

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